Resumen
Upstream y Downstream

 

La producción total de petróleo en 2022 fue 34,346 Mm3, esto es 13.1% mayor a la registrada en el año anterior y 6.1% mayor a la del año 2012. La producción de petróleo fue récord de la década, aunque aún se encuentra en niveles bajos respecto a la marca histórica: es 23% menor a la observada en 1998. Actualmente, los niveles de producción son similares al del año 1993. La producción de petróleo aumenta a una tasa promedio anual del 0.6% en la última década. En la última década la producción anual de petróleo disminuyó, respecto del año anterior, en 5 de las 10 mediciones del periodo. Dentro de los cinco años de crecimiento se puede observar que el año 2015 tuvo un virtual estancamiento de la producción mientras que en 2021 se explica por la recuperación respecto a la pandemia. Sin embargo, en el 2022 se observa un crecimiento notable que logra niveles récord de producción en el periodo. Esto revela que en la última década hubo tres años de crecimiento de la producción, los años 2018, 2019 y 2022. La producción convencional de petróleo y gas natural, que representan el 58% y 46% del total producido de cada producto, declinan con tasas del 4.6% y 6.5% anual en promedio respectivamente entre los años 2012 y 2022. En 2022, las tasas de reducción respecto del año anterior tienen comportamientos muy diferentes en el caso del petróleo y el gas: petróleo convencional se reduce 0.5% mientras que la de gas 7.8%. Esto indica que a partir del año 2020 se aceleró la declinación anual de las cuencas convencionales de gas natural mientras que las de petróleo continúan declinando a una tasa menor. La producción de petróleo convencional en 2022 es 37.3% inferior a la de 2012, mientras que la de gas es 48.9% menor a la de aquel año y ambas declinan con tendencias de larga data con características estructurales. La producción de petróleo Convencional presenta una declinación crónica que se inicia en 1998, año en que la producción nacional petrolera alcanzó su máximo histórico con 49.148 Mm3 anuales. A su vez, la producción total de 2022 es 30% inferior a total producido en aquel año. En contraste, la producción No Convencional muestra un importante crecimiento a partir del año 2015 que, con las cuencas convencionales en caída ininterrumpida, explica el dinamismo de la producción total nacional. En el caso del gas natural, la producción en 2022 fue de 48.411 MMm3 y tuvo un aumento respecto al año anterior del 6.9%. La producción del año 2022 es 9.7% mayor a la de 2012 y en la última década aumenta a una tasa promedio anual del 0.9%. Actualmente, la producción de gas natural es similar a la del año 2001, y se encuentra en un nivel 7.2% menor a su pico histórico dado en el año 2004 con un volumen de 52.157 millones de m3. Por un lado, la producción de petróleo no convencional fue 47.5% superior a la del año anterior, presentando una tasa de crecimiento promedio anual entre 2015 y 2022 del 38.1%. Durante el último año, el incremento en este tipo de petróleo ha sido impulsada por el shale oil mientras se observa un leve crecimiento de la variante tight.

 

Por otra parte, la producción de gas natural no convencional fue 22.9% superior a la del año anterior, presentando una tasa de crecimiento promedio anual entre 2015 y 2022 del 21.6%. Durante el último año, el aumento en este tipo de gas ha sido explicada por un incremento en shale mientras hubo un leve aumento en el tight gas. En nuestra opinión, la baja experimentada en la producción nacional de hidrocarburos convencionales se enmarca en un contexto de baja inversión y resultados insatisfactorios en la exploración de las formaciones y reservorios convencionales de las cuencas terrestres, con la consiguiente reducción drástica de la inversión de riesgo en esas áreas. A su vez, las operaciones de mejora en el factor de recuperación de los reservorios convencionales no han logrado aumentar significativamente la producción. Finalmente, la incipiente concentración de las inversiones en proyectos de Shale Oil y Shale Gas en la Cuenca Neuquina han dejado poco margen para el financiamiento de los proyectos convencionales. La insuficiente inversión en exploración se manifiesta claramente en una disminución de las reservas comprobadas, probables y posibles de petróleo y gas natural en las cuencas convencionales según los datos oficiales de la Secretaría de Energía. En el periodo 2011-2021, las reservas comprobadas de petróleo y gas se reducen significativamente en términos absolutos en todas las cuencas con excepción de la Neuquina, que impulsa el crecimiento total a partir de la actividad no convencional. A su vez, en 2021 las reservas comprobadas convencionales crecen para el petróleo y disminuyen para el gas respecto del año anterior. Sin embargo, la tendencia marca una caída estructural desde el año 2011 para ambos casos. En contraste, las reservas comprobadas no convencionales crecen para el petróleo y gas en todas sus mediciones destacándose una tasa promedio anual de crecimiento del 70% para el petróleo y del 21.4% para el gas. Las cuencas con mayores caídas en las reservas comprobadas son la Cuyana y Noroeste, con caídas del 72% y 51% respectivamente en petróleo y 78% y 67% respectivamente en gas entre 2011 y 2021. En orden de importancia en la disminución le siguen la cuenca Austral y Golfo San Jorge con un nivel 39% y 18% menor a las del año 2011 en petróleo y del 15% y 23% inferior para gas. En 2021, las reservas comprobadas de petróleo fueron 14.5% mayores a las del año 2011, mientras que las de gas natural fueron 25.1% superiores que las de aquel año. Este incremento se explica enteramente por el crecimiento de las reservas comprobadas no convencionales que aumentaron 739% y 117% respectivamente. Las reservas comprobadas no convencionales de gas natural superan a las registradas para el tipo convencional desde el año 2021. Por último, los recursos contingentes de petróleo y gas han aumentado significativamente. Con respecto al año anterior, se reporta un crecimiento del 340% y 139% respectivamente.

Las ventas de los principales combustibles líquidos muestran, en 2022, un muy importante crecimiento que implicó niveles récord de comercialización. Durante 2022 las ventas de nafta y gasoil aumentaron 13.6% y 7.8% respectivamente en relación a 2021 y constituyen, en ambos casos, el récord de ventas en la última década. 

Las ventas totales de gas natural tuvieron un aumento sostenido en la última década hasta el año 2018, momento en que marcó el máximo consumo en 10 años. En 2022 la demanda fue 3.4% menor observándose que no se logró recuperar los niveles de consumo pre-pandemia: la demanda es 4.4% menor a la de 2019 y 8.4% inferior a la del año 2018 momento en que se demandó el máximo de la década.

Subsidios

Las transferencias corrientes nominales medidas en dólares corrientes sumaron USD 13,265 millones y aumentaron 9.9% en el acumulado a diciembre de 2022 respecto del año anterior. Esto implicó mayores subsidios por un monto de USD 1,195 millones explicado por los subsidios a CAMMESA que aumentaron 66% anual en dólares y ocuparon el 67% del total de las transferencias corrientes por conceptos energéticos. En cuanto a la tendencia histórica de los subsidios a la energía en términos anuales, el pico de subsidios se dio en el año 2014 con un total de USD 24,704 millones. A su vez, en los últimos once años los subsidios acumularon USD 150,928 millones, un monto que prácticamente triplica el préstamo otorgado por el FMI en el año 2018 y que representa el 40% del total del stock de deuda bruta del país en el tercer trimestre de 20221 . Los programas relacionados a la producción de gas natural (Plan Gas no convencional, Ex Plan Gas y Plan Gas.Ar) han recibido transferencias por un total de USD 9,854 millones desde el año 2013, momento en el que entraron en vigencia. En el año 2022 entró en vigencia el Plan Gas.Ar mientras hubo también transferencia por Plan Gas No Convencional (Resol. 46). En conjunto estos dos programas de incentivo vigentes sumaron USD 407 millones con una reducción del 65% respecto al año anterior a la vez que tienen un peso del 3% sobre el total de las transferencias corrientes. 

 

Comercio exterior

La importación de gas de Bolivia se redujo 18.9% entre 2021 y 2022, y es 34,3% menor a la del año 2012. En la última década la importación de gas natural por gasoducto ha disminuido un 4.1% en promedio anualmente. La importación de Gas natural Licuado (GNL) se redujo 33.5% entre el año 2021 y 2022, mientras que en el último año fue 48.8% menor a la del año 2012. Es decir, bajo este criterio la importación de GNL de redujo 6.5% promedio anual en la última década. En la suma del total del Gas entregado a usuarios, el 15% corresponde al gas importado (Gas natural y GNL) totalizando compras al exterior por 6,187 MMm3. En el año 2022 se redujo la importación de gas natural y GNL por barco. Por otra parte, en el mismo periodo aumentó significativamente la importación de gasoil que, mayormente, se utiliza para la generación de energía eléctrica aunque también se abasteció al mercado de ventas al público debido a una notable escases en el primer cuatrimestre del año. Entre 2012 y 2022 el monto total de exportaciones energéticas aumentó 20.3%, lo cual implica un incremento promedio anual del 1.9% en el valor energético exportado en el periodo. Por otra parte, las importaciones tuvieron un incremento absoluto del 41% en la última década y un aumento promedio anual del 3.5%. En el último año las exportaciones crecieron significativamente menos que las importaciones: 58.9% y 120.2% respectivamente en relación a 2021. Esto resultó en un déficit comercial energético de USD 4,470 millones.